Cuando el año pasado los trabajadores salieron de sus oficinas para instalarse en sus hogares y comenzar el tan novedoso teletrabajo, nunca nos imaginamos que un año después iba a ser una fórmula laboral totalmente asentada.
Esta crisis sanitaria ha producido cambios radicales en la forma de vida de las personas, la forma en la que se trabaja e incluso las necesidades laborales. Se buscan lugares más centrados en las personas, con usos más flexibles y servicios de precio más contenido. Para los co-working, que son espacios compartidos y colaborativos donde florece el emprendimiento, esto ha abierto un camino que supone la entrada de nuevos tipos de usuarios interesados en estos espacios y todo lo que ofrecen.
Autónomos y emprendedores conviven con una nueva especie
A los usuarios habituales del coworking, se les han unido empresas de cientos de trabajadores que buscan dejar su oficina tradicional o diseñar un modelo híbrido. Esta nueva fórmula permite un mayor aprovechamiento de los espacios físicos, combinando el teletrabajo con centro de coworking alejados de las grandes urbes.
Las dos claves que se buscan en un co-working son:
El ahorro que supone el modelo de alquiler y compartición de despachos y espacios.
La ganancia de rendimiento que da un entorno positivo, lleno de energía, actividad, colaboración, confort y agradabilidad, que no solo se limita a ofrecer un servicio de calidad de puertas para adentro.
No solo teletrabajo, también reuniones y formación a medida
Otra de las ofertas que buscan los profesionales en los espacios de co-working son la naturaleza multiusos de los espacios, la capacidad de adaptar salas y espacios a lugares de reuniones y formación. Un co-working ofrece espacios maleables que por la mañana puede servir para una reunión y por la tarde transformarse en un aula de formación perfecta donde enseñar a los trabajadores nueva metodología o novedades en el sector. Estas facilidades para la transformación de los espacios según la necesidad se aleja bastante del concepto de oficina clásica.
La flexibilidad en tarifas y pagos, otro gran atractivo
Muchas empresas y profesionales también se sienten atraídos por otro de los puntos fuertes de los co-working como son las membresías flexibles. Cuotas mensuales de macro gastos fijos se transforman y flexibilizan con precios que se contabilizan por días o por horas. Esto es especialmente atractivo para los emprendedores que están comenzando y necesitan un lugar asequible en cuestión de gastos, pero con cimientos sólidos desde el que operar y salir adelante. También hay que contar con que no se está sujeto a permanencias que obliguen al pago durante varios meses de un espacio que puede ser inadecuado para tu actividad dentro de una semana. Todo este pack flexible de “usabilidad” hacen que los co-working sean parte del presente y el futuro laboral en nuestro país.
Un ecosistema que deja atrás la trituradora humana y se preocupa por el confort
Los co-working están enfocados hacia el bienestar de sus usuarios dejando atrás el ambiente recargado, sobrio y gris de las oficinas tradicionales, que en muchas ocasiones son vistas como “trituradoras humanas que solo buscan beneficios monetarios a toda costa”. En cambio, en estos lugares de ambiente menos cargado y más liviano, se unen espacios comunes como salas de descanso, recreo, e incluso zonas destinadas al deporte. Todo para que la experiencia de las personas que los usan sean más gratificantes, buscando la productividad, el bienestar, la colaboración y una mentalidad positiva con el trabajo. También hay co-workings que tienen acuerdos con restaurantes y locales comerciales para expandir esa oferta de confort de puertas hacia fuera. Esto contribuye a que la experiencia al ser usuario de un lugar así, sea mucho más rica, beneficiosa y completa. La pandemia del pasado 2020 puso patas arriba nuestra forma de vida y nuestra forma de trabajar. En el ámbito laboral surgieron retos y nuevas necesidades con la adopción del teletrabajo, de las que los co-working se están haciendo cargo. Estos lugares más centrados en el trabajador, el buen ambiente, confort, emprendimiento y de precio contenido, han supuesto un pilar sobre el que se sostiene el futuro del teletrabajo y del propio sector de los espacios colaborativos
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